20050915

A Doña Esperanza le duele la OPA

Al subconsciente se le ha de tener bien atado. No se le puede dejar suelto, porque juega malas pasadas, como le ha ocurrido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Esperanza Aguirre. A la distinguida dama le duele la OPA de Gas Natural sobre la hidroeléctrica Endesa por un motivo: porque supondría el traslado de la compañía a Barcelona. ¿En que estaría pensando cuando dijo que sería una mala noticia para Madrid que una empresa tan importante se instalara "fuera del territorio nacional"?

Uno no tildará a la señora Aguirre de separadora, postura que históricamente ha sido inevitable compañera del separatismo. Quiere creer que el hecho de situar a Barcelona fuera de España ha sido un lapsus, una traición del subconsciente. Y si los expertos en esencias patrias ven en las palabras de la presidenta alguna intención, ya se encargarán de depurar su pensamiento los inquisidores de la ortodoxia, los señores Acebes y Zaplana. Un sermón a cargo de los dos predicadores de la unidad indisoluble no se lo quitará nadie, así como la recomendación de que cuando se habla de España, todos los demás temas han de quedar aparcados. Si no, la distracción puede ser la madre de todos los lapsus y propiciar que el señor Carod-Rovira, convencido de que ha llegado el momento tan esperado, se lance a la calle con sus masas a celebrar la independencia de Catalunya.

Al columnista se le ocurre ahora que quizá la confusión era otra. Madrid, gobernada por el PP, zona nacional; Catalunya, bajo el soviet del tripartito, zona roja. Si se consuma la temida marcha de la compañía a Barcelona, ¿no propondrá doña Esperanza recuperar Endesa por derecho de conquista? Por lo que pueda ser, la Generalitat hará bien en tener los papeles bien guardados.

1 comentario:

wanglen dijo...

eres muiy divertido y agudo en tus escritos
he disfrutado mucho leyéndolos