20120821

Sobre la seguridad nuclear

“El mismo fabricante es el responsable de una veintena de reactores repartidos en todo el mundo, entre ellos una decena en Estados Unidos, nueve en Europa -dos en España, dos en Países Bajos, dos en Alemania, uno en Suecia, dos en Suiza-- y otro en Argentina, según el diario galo 'Le Monde'.

Según han confirmado fuentes del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) a Europa Press, en España hay dos centrales que compraron los materiales para fabricar sus vasijas en el misma empresa: la de Santa María de Garoña (Burgos) y Cofrentes (Valencia).

"Estas centrales tienen que cerrar de forma permanente si encontramos fisuras serias. Esperamos que todos estos países lleven a cabo inspecciones, especialmente si descubrimos que también hay fisuras en Tihange", ha explicado De Roovere en una entrevista publicada este sábado en el diario 'De Morgen'.

Aunque las primeras pruebas en Doel III apuntan a un fallo de fabricación en la vasija, el director de la agencia nuclear belga no descarta que las fisuras detectadas puedan deberse a un problema de calidad del acero empleado en su fabricación, algo que podría dar lugar "a un problema a nivel mundial" porque afectaría a todos los reactores de la misma generación que Doel y Tihange, es decir, alrededor de 350 del total de 450 que existen en todo el mundo.”
Que modesto resulta este buen hombre, Fukushima ya es un problema mundial.

¿Fallo de vasija en la fabricación del reactor, con la cantidad de procedimientos de control existentes? Porque aquí no vale aquello de “cualquiera tiene un fallo”, pues no estamos hablando de la producción seriada de pirulís. Pero a lo que se ve esto es claramente insuficiente (para acojonarnos más si cabe), pues “el director de la agencia nuclear belga no descarta, etcétera, etcétera, etcétera...”

Vamos a ver, 350 reactores sobre 450 son únicamente el 77,77% del total mundial de tales artefactos. En este asunto de calidades de acero digo lo mismo que de los fallos de fabricación ¿Con la cantidad de procesos de control existentes, etc., etc...?

De verdad que cuesta mucho admitir tamañas dosis de irresponsabilidad e incompetencia, sino otras cosas, por parte de todos los personajes y estamentos involucrados supuestamente responsables, ya que de responsabilidad real demostrada... CERO.

Me autocito para ampliar, supongo que provisionalmente, la relación de despropósitos vinculados al uso “pacífico” de la energía atómica. De momento la lista me queda así. Pero no seáis pesimistas que no tendría nada de raro haberla de aumentar en breve.

Nuevas conclusiones..., bueno o declaraciones de principio.

1 – Los reactores envejecen más rápido de lo previsto. Paradigmas de ello son Garoña, “la de las mil grietas” y el reactor belga de Doel, “el de las ocho mil”, una especie de “Supergaroña”. ¿O será “Supercarroña”?

2 – Los cuerpos de los reactores pueden estallar, he dicho estallar qué significa explosionar, a consecuencia de un proceso de fragilización motivado por el bombardeo neutrónico ininterrumpido, asociado a variaciones de temperatura de cuantificación aún indefinida. Y todo ello vinculado a un “tiempo crítico”, asimismo indefinido, qué dé lugar al daño estructural comentado.

3 – También las vainas de zircaloy pueden sufrir el mismo proceso de fragilización y romperse. Pero dado que tal cosa no es suficiente, se ve que en el entorno de los 800 º C se producen vapores que, a su vez pueden reventar las vainas por incremento de presión. En cualquier caso parece posible un colapso de pellets de combustible hacia el fondo de la vasija...

4 - Con más de veinte años de retraso se han detectado fallos de fabricación en las vasijas de tan solo unos 20 reactores distribuidos urbi et orbe desde Bélgica (por ahora se desconoce si han sido los valones o los flamencos), habiendo resultado absolutamente inoperante la considerable batería de medios técnicos de control existentes. Y aquí, a los hispañistaníes, nos han tocado dos: Garoña y Cofrentes, lo cual es todo un mérito si consideramos que hubieran podido ser los ocho de que disponemos.

5 – Falto como estaba todo este panorama de emotividad, han surgido serias dudas de que, además, exista el problema sobreañadido de defectos en la calidad del acero usado en la fabricación de las vasijas de los reactores. De manera que, en estos instantes, la seguridad del 77,8 % de la totalidad mundial de los reactores atómicos que hay está en solfa, no mola, caca de la vaca, seguridad mindundis...

Entretanto nuestro CSN desde la catástrofe atómica de Fukushima, y más aún desde el acceso al poder de Don Mariano y acólitos, ha ido hinchando su ego progresivamente cada vez que hablaba de la seguridad en las centrales nucleares españolas. Superación de stress test, aquí no hay ningún riesgo, no podemos prescindir de las nucleares, su aportación a nuestro mix energético resulta esencial, vamos a prolongar el funcionamiento de Garoña hasta...

¡Bravo, bravísimo! A eso le llamo yo un ojo clínico eficiente. ¿Estará ese “ojo” a popa del “body”? ¿Y qué dirá ahora nuestro CSN ante la seguridad categórica de que las vasijas de Garoña y Cofrentes tienen defectos de fabricación, detallito confirmado por el Sr. De Roovere al matutino De Morgen? (Menos mal que el diario no se llama The Morgue). Insisto ¿Qué dirán? ¿Que Spain is different, que esto no nos afecta porque aquí somos muy machos? ¿Que las grietas las taparemos (siempre el futuro) con furia española..., con plastilina..., con dos pares de cojones?

6 – En el reactor de Doel las 8.000 (ocho mil) grietas de 2 centímetros de grosor (algo así como el dedo gordo de Petete), fueron descubiertas en una revisión rutinaria. ¿Están diciendo estos chicos que entre esa revisión y la anterior han surgido las susodichas 8.000 grietas? Desconozco la frecuencia de “revisiones rutinarias” en reactores nucleares, pero en los generadores de vapor convencionales de clase “A” (los más “importantes”), las revisiones a máquina parada, fría y abierta por todos los registros y “bocas de hombre” habidos y por haber, son exhaustivas; por dentro, por fuera, válvulas de aquí y de allá, etc. Y la frecuencia de inspección, obligatoria por ley, es anual in Spain of course.

En una caldera pirotubular con potencia de 10 toneladas de vapor/hora a 14 kgs/cm2 de presión manométrica, una caldera de la citada clase “A” muy frecuente pero modesta, si dicha potencia la expresamos en Kw térmicos el valor que se obtiene es de 7.743. No sé la potencia térmica de Doel, pero la de Garoña sí: 1.381.000 Kw. De manera que esta última equivale a 178 calderas y un tercio (de caldera), todas juntitas, como la que he comentado.

La afirmación de que “en una revisión rutinaria se han hallado 8.000 grietas, etc.”, es sencillamente inadmisible desde una perspectiva de seguridad industrial y muchísimo menos si se trata de seguridad industrial nuclear. Exactamente lo mismo que en “fallos de fabricación de 20 reactores”

Cuando la seguridad nuclear es así de segura, se trata de un ente fantasmal, evanescente, alienígena, quizá ectoplasmático, puede que haya surgido de algún vudú primigenio; aunque a lo mejor se halla en un universo paralelo pero no en el nuestro.

7 – Ahora no es que debamos cerrar Garoña; también hay que hacerlo con Cofrentes. Y si los humanos fuéramos medianamente inteligentes cerraríamos las del planeta entero. Recordadlo de nuevo: Según el Director de la Agencia Nuclear Belga más de las tres cuartas partes (el 77,8 %) de los reactores nucleares existentes en el mundo pueden tener defectos de calidad en el acero con el qué fueron construidos. Ahora falta confirmar cuantos son. Veremos lo que tardan en averiguarlo. Y ya veremos si sobre todo ello no cae un muro de silencio, un telón de acero forrado con porexpan y lana de vidrio.

Apaga y vámonos.


sacado de:
http://www.burbuja.info/inmobiliaria/temas-calientes/319489-energia-desastre-nuclear-de-fukushima-xvi-94.html

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