20121229

Chile detiene a los asesinos de Víctor Jara, pero en España siguen ignoradas las víctimas del franquismo


Chile detiene a los asesinos de Víctor Jara, pero en España siguen ignoradas las víctimas del franquismo

Le torturaron y le asesinaron sin piedad, como a tantos y tantos otros ciudadanos izquierdistas. Era un cantautor que se hizo famoso en el Chile del presidente Salvador Allende. Víctor Jara, militante del Partido Comunista chileno, fue detenido por los militares sublevados, al servicio de Augusto Pinochet y sus cómplices.

Este general era un ferviente admirador de Francisco Franco. Contaba con el respaldo de Richard Nixon, presidente de EEUU y del secretario de Estado, Henri Kissinger, instigadores ambos del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente socialista, Salvador Allende.

Brutalidad sangrienta

Nunca olvidaremos aquella brutalidad sangrienta que puso punto final, durante muchos años, a la democracia con matiz progresista, instalada en Chile a través de las urnas. Jamás olvidaremos cómo mataron los uniformados a Víctor Jara. O cómo a un joven idealista y periodista norteamericano, llamado Charles Horman.

Le torturaron y le asesinaron sin piedad, como a tantos y tantos otros ciudadanos izquierdistas. Era un cantautor que se hizo famoso en el Chile del presidente Salvador Allende. Víctor Jara, militante del Partido Comunista chileno, fue detenido por los militares sublevados, al servicio de Augusto Pinochet y sus cómplices.

Este general era un ferviente admirador de Francisco Franco. Contaba con el respaldo de Richard Nixon, presidente de EEUU y del secretario de Estado, Henri Kissinger, instigadores ambos del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente socialista, Salvador Allende.

Brutalidad sangrienta

Nunca olvidaremos aquella brutalidad sangrienta que puso punto final, durante muchos años, a la democracia con matiz progresista, instalada en Chile a través de las urnas. Jamás olvidaremos cómo mataron los uniformados a Víctor Jara. O cómo a un joven idealista y periodista norteamericano, llamado Charles Horman.

Missing

La historia trágica y real de Horman fue descrita en la excelente película de Costa-Gavras, titulada Missing o Desaparecido. El papel de padre de Horman lo hizo -con su enorme sabiduría de actor- el gran Jack Lemmon, ya fallecido. El estadio de Santiago de Chile se convirtió durante un tiempo en un campo de concentración, repleto de detenidos. A muchos les esperaba la muerte. El estadio lleva ahora el nombre de Víctor Jara.

Los cinco minutos/te hacen florecer

La dictadura de Pinochet, amparada desde el Vaticano y por determinados sectores de la Iglesia católica, fue terrorífica. El honor del catolicismo lo defendió únicamente el cardenal de Santiago, Silva Henrriquez, un hombre de paz y un demócrata. Sollozábamos oyendo en la voz de Víctor Jara: “Te recuerdo Amanda/ la calle mojada/ corriendo a la fábrica/ donde trabajaba Manuel/ la sonrisa ancha/la lluvia en el pelo/ no importaba nada/ ibas a encontrarte con él/ son cinco minutos/ la vida es eterna/ en cinco minutos/suena la sirena/ de vuelta al trabajo/ y tú caminando/lo iluminas todo/los cinco minutos/te hacen florecer.

La cúpula de la Iglesia

Nos alegra, sin embargo, que casi cuarenta años después de semejantes asesinatos, la Justicia de Chile haya arrestado a siete ex militares, acusados de haber matado a Víctor Jara. Como es conocido, el ahora exjuez Garzón intentó encarcelar a Pinochet, blindado por Londres, por Madrid, otros países y la cúpula de la Iglesia. Todo parece indicar, pues, que finalmente esos uniformados chilenos serán condenados por sus crímenes.

Tiempo tenebroso y cruel

Nos indigna, en cambio, desde ELPLURAL.COM que los crímenes del franquismo sigan siendo inmunes, hasta el punto que tenga que ser la justicia argentina la que procure investigar las matanzas del régimen golpista del 18 de julio de 1936. Es una vergüenza que Baltasar Garzón fuera expulsado como juez por intentar saber qué pasó, en aquel tiempo tenebroso y cruel, con las víctimas del franquismo.

Memoria histórica

No logró su objetivo de la memoria histórica el presidente Zapatero. El Gobierno Rajoy, en la actualidad, es enemigo beligerante de que no nos oculten la verdadera historia del Caudillo criminal y sus adláteres. Cuando murió Franco, en 1975, uno de los pocos presidentes que asistieron a su funeral fue el general Pinochet. Estos dos verdugos eran dos malnacidos.

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