20130310

Asturias: el caciquismo rural del PSOE

Pero es que el fenómeno del "caciquismo" está vigente en todo hispanistán.. sólo así se explica que en pleno siglo XXI, y cuando la población de las naciones que "nos tienen envidia" (Francia, Alemania, Suiza, Suecia..) disfruta de unas buenas condiciones de vida, en hispanistán se "disfrute" una "democracia" y un "libremercado" propios de otras épocas, y una población asfixiada por sueldos bajos, impuestos elevados, y una lista de gastos (agua, electricidad, IBI, teléfono..) que dejan la cuenta corriente seca a mediados de mes.

El primer problema de hispanistán no es el paro. Son los políticos. La casta que ha despilfarrado, que ha corrompido, que se ha llenado los bolsillos, y que mantienen al populacho en una especie de esclavitud moderna.

Disfruten lo votado..


Asturias: el caciquismo rural del PSOE


Pasa más desapercibido que en Galicia, pero el fenómeno del caciquismo no ha desaparecido en la Asturias rural con la democracia. Y curiosamente, en el caso asturiano lleva las siglas del PSOE en la mayoría de los casos, porque este partido es el hegemónico en los concejos rurales, donde ha tejido desde la Transición una enorme red clientelar que explica en buena parte su gran poder municipal. Este caciquismo, aparente y paradójicamente ” de izquierdas y progresista”, es especialmente visible en el Occidente asturiano, la zona más próxima a Galicia. El caso del exalcalde de Cudillero y actual diputado autonómico, Francisco González, que se defiende ahora protegido por su aforamiento de numerosas denuncias ante el Tribunal Superior de Justicia, es significativo.

Francisco González estuvo 21 años en la alcaldía de Cudillero, casi siempre disfrutando de grandes mayorías absolutas, algo que se repite en otros concejos del Occidente, como el vecino de Muros de Nalón. Mucho más hacia el Occidente, en el límete con Galicia por el Sur, está el concejo de Grandas de Salime, de habla gallega. El caso del alcalde grandalés, Eustaquio Revilla, es también muy ilustrativo en relación a la pervivencia del caciquismo y los mismos hábitos antidemocráticos que regían durante el franquismo. ATLÁNTICA XXII analizó el fenómeno en su número 24, que apareció en el último mes de enero, con un artículo de Jaime Santos que ahora reproducimos.

Eustaquio Revilla gobierna como un cacique con el apoyo de la FSA

La patata caliente del alcalde de Grandas de Salime

Los caciques que inmortalizaron Valle Inclán o Torrente Ballester eran gallegos, otorgando a estos personajes algo parecido a una Denominación de Origen. Lo de Eustaquio Revilla, alcalde del pequeño concejo de Grandas de Salime, en la frontera interior de Asturias con Galicia, evoca a “Los gozos y las sombras”, no sólo por sus impulsivas actuaciones.


Cartel electoral de Eustaquio Revilla.

Menos que una Denominación de Origen, una IGP (Indicación Geográfica Protegida) es precisamente lo que Eustaquio Revilla trató de obtener desde la alcaldía para sus propios cultivos de patatas, un negocio que fue denunciado por la oposición municipal y por el PP en la Junta General, y que presenta muchos interrogantes.

Pero no son sus habilidades como agricultor lo que le ha hecho notable en estos años. Revilla es más conocido por instigar la destitución de Jose Naveiras (Pepe el Ferreiro), fundador del Museo Etnográfico de Grandas y por expulsar del castro del Chao de Samartín a su principal investigador en los últimos 15 años, el arqueólogo Angel Villa. Dos equipamientos culturales de primer orden que el alcalde de Grandas ha convertido en bellas sin alma.

A su innegable aportación a la bronca cultural asturiana, se unen acciones que hicieron la vida imposible a muchos vecinos de Grandas. Fue denunciado por acoso a una empleada del ayuntamiento. Revilla trató de intervenir arbitrariamente en los contratos de varios empleados municipales para echarlos o rebajarlos. Desde el ayuntamiento se boicoteó a los establecimientos hosteleros que él considera entre sus enemigos. La legalidad de alguna de sus obras, públicas y privadas, fue cuestionada publicamente. En Grandas hubo tensión, rabia y muchas noches en vela. Se crearon dos bandos que hoy parecen difíciles de reconciliar en un concejo con medio millar de habitantes permanentes y un millar censados.

“Revilla parece transistar sin recato entre la líneas que separan lo público de lo privado”, dice alguien que le conoce bien. Durante su mandato el Ayuntamiento ha gastado en abogados y procuradores 89.000 euros, incluyendo la contratación de abogados tan conocidos y caros como Raúl Bocanegra.

LAS PATATAS SUBVENCIONADAS

El PP fue el único partido que denunció formalmente el negocio de patatas de Eustaquio Revilla, financiado con 60.000 euros de subvenciones públicas que él mismo tramitó. La iniciativa se inició como una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para las patatas locales, pero hoy es una sociedad privada de tres socios. Otra de las socias es la teniente de alcalde socialista Julia Pládano. El proyecto se llevó a cabo en terrenos cedidos por el ayuntamiento y el propio Revilla lo promocionó públicamente, subido a un tractor. Desde la mesa del plan de desarrollo local Ceder Navia-Porcia, donde Revilla es representante y secretario, firmó ayudas dentro de un plan dotado con 455.000 euros para las dos producciones promovidas por el alcalde, el arándano y la patata, según la memoria de 2011 del propio Ceder. El proyecto de IGP está ahora parado y, aunque estas patatas llegaron a venderse en una gran superficie, muchas otras acabaron tiradas por las cunetas.

El PP acusó de prevaricación al alcalde cuestionando la legalidad de la actividad empresarial de Revilla, porque tiene dedicación exclusiva a la alcaldía, por lo que cobra 2.397 euros netos en 14 pagas, una cantidad elevadísima en relación a la población de su concejo. Julia Pládano, la teniente de alcalde, cobra 1.557 euros.

Pero, en declaraciones a Atlantica XXII , Revilla asegura que el hecho de que tanto él como Julia Pládano sean los socios de un proyecto que recibe apoyo del gobierno municipal no incurre en ninguna incompatibilidad o irregularidad: “estamos con todas las de la ley”, dice. Debería, por obligación legal, solicitar compatibilidad para realizar otra labores profesionales, como cultivar patatas, ante el pleno municipal – algo que no consta en las actas- , ante la Comunidad Autónoma o ante el Ministerio de la Presidencia. Preguntado por esta revista ante qué entidad había solicitado esta compatibilidad, el alcalde optó por interrumpir la entrevista.

CASA DE ALDEA Y VIVIENDA

No menos polémico es el asunto de su residencia particular. Maestro de profesión, el ahora alcalde llegó a Grandas a ejercer como profesor y se alojó en la vivienda para los docentes de la capital grandalesa. Y cerca de esa casa, en el pueblo de Maldeira, rehabilitó un casería con una subvención del plan Proder. A manxeira era un establecimiento con categoría de tres llaves y cuatro apartamentos independientes. Algunos de los profesores que llegaban nuevos a Grandas, al no poder alojarse en la vivienda de maestros, pues estaba ocupada por el director de la escuela, Eustaquio Revilla, alquilaron los apartamentos de A Manxeira.

Ya como alcalde siguió viviendo en la casa de maestros durante al menos tres años más, hasta el año 2008, mientras explotaba comercialmente su casa de turismo. Después da de baja el negocio y se traslada vivir a Malneira, para lo cual realiza una serie de obras de adecuación. En el año 2010 el Seprona denuncia estas obras porque infringían el proyecto y la normativa para obras en el Camino de Santiago. Desde el Principado se dijo que la casa de Revilla estaba en regla.

En aquella época, las ayudas del Proder se concedían a fondo perdido con la condición de que la casa se alquilara al turismo durante al menos cinco años. Dicho y hecho, transcurrido el periodo preceptivo el alcalde Eustaquio Revilla cerró el negocio y lo convirtió en su vivienda particular. Estas actuaciones para la oposición municipal son “amorales” y, aunque sean legales, parecen efectivamente poco edificantes en un cargo público.

Eustaquio Revilla “un hombre que no soporta que nada ni nadie le haga sombra”, como lo definen quienes le conocen desde hace años, fue uno los instigadores del cese de Pepe del Ferreiro del Museo que él mismo había creado hasta convertirlo en uno de los mejores de España y de los más visitados de Asturias. Un juez sancionó el despido como improcedente, pero el Ferreiro no volvió a la dirección del Museo y, afectado por todo lo ocurrido, ahora colabora con la que fue su obra personal con voz, pero sin voto.


Eustaquio Revilla y dos vecinos de Grandas promocionando su negocio de patatas, que fracasó. Foto cedida por La Nueva España.

Algo parecido ocurrió con el arqueólogo Angel Villa, responsable de las excavaciones y el museo del Chao Samartín, uno de los castros más importantes del Noroeste peninsular por sus sorprendentes hallazgos, que dieron un vuelco a la interpretación de la romanización en toda esta zona. El alcalde también inició una insólita persecución contra Villa, a raíz del apoyo del arqueólogo a Pepe el Ferreiro tras su cese.

2009 fue el último año en el que se excavó en el Chao Samartín. Ya en 2010, en plena tormenta por la destitución del Ferreiro, Revilla decide unilateralmente cambiar las cerraduras del museo y traslada de dependencias algunos de los restos, bloqueando además el acceso a los arqueólogos que habían trabajado allí durante los últimos 20 años. Basándose en que museo y castro están en terreno municipal, el alcalde asumió la gestión de ambos espacios “para recuperar el control”. Cabe preguntarse si un ayuntamiento pequeño puede siquiera garantizar la conservación de un yacimiento especialmente sensible.

En la Consejería de Educación, donde ahora se engloba Cultura, no gustan estos comportamientos de Eustaquio Revilla y reconocen que “nos tiene bloqueados” y que el alcalde representa “un problema muy serio”, pero no se atreven a poner freno a sus actos porque tiene el apoyo de la FSA.

LA CARRERA POLÍTICA DEL SEÑOR MAESTRO

Eustaquio Revilla regresó como maestro en los años 80 a su pueblo natal, Grandas de Salime. Criado en un pueblo de Valladolid, Revilla no habla ni galego ni asturiano, pero a la vuelta trabó amistad con la gente joven del pueblo y también con algunos de los arqueólogos que pasaban allí largas temporadas excavando el castro del Chao, toda una paradoja viendo ahora su veto a Ángel Villa. No es la única. En sus primeros pasos en política se mostró contrario a la instalación de molinos eólicos. Actualmente EDP planea el que será el segundo parque eólico de Grandas en La Folgosa, una parroquia en la que el alcalde acaba de otorgar a los vecinos la propiedad de unos terrenos sobre los que existe un antiguo litigio.

En 2004 Revilla accedió la alcaldía con el PSOE a través de una moción de censura orquestada con el PAS. Tenían un argumento de peso. El secretario del ayuntamiento, que entonces presidia José Manuel Cachafeiro(PP), se había fugado con dinero del Ayuntamiento. Encantados con la pieza cobrada y con la oportunidad de ganar otro feudo en el Occidente asturiano, el gobierno de Vicente Álvarez Areces y la FSA invirtieron en abundancia en el Ayuntamiento presidido Revilla y los vecinos se beneficiaron con parques, ambulatorio y numerosas obras. Revilla consiguió absorber para el PSOE a dos concejales del PAS y, ya en 2007, gana en las urnas con su primera mayoría absoluta.

Tras el escándalo por el cese de Pepe el Ferreiro y la división en el concejo, las elecciones de 2011 fueron un test definitivo para el polémico alcalde, que superó con creces, porque volvió a ganar por mayoría absoluta. La eficaz maquinaria electoral socialista funcionó a la perfección.

Son varios los testigos que afirman que el día de las elecciones municipales, militantes del PSOE acompañaron hasta las urnas a personas ancianas, disminuidas en sus facultades o a las que nunca se había visto votar, un espectáculo que por otra parte no es extraño presenciar en otros muchos concejos rurales asturianos. “Hicieron muchos viajes a los pueblos para traer a la gente hasta las urnas” dice uno de estos testigos.

El sindicato Suatea hizo pública en 2011 una lista de altos cargos públicos que, según denuciaba este sindicato educativo, estaban apuntados para cobrar el complemento de carrera profesional como docentes. Aunque el Gobierno y el Delegado del Gobierno Antonio Trevín dijeron que no se estaba pagando este complemento a dichos cargos, el propio Revilla utilizó sus posibles retribuciones como maestro para subirse el sueldo de manera desproporcionada como alcalde. En otra lista, la de los regalos de la agenda rosa de APSA, Revilla también figura. La FSA sigue apoyando a Revilla. Así es la lógica implacable de los partidos, que nada cuestionan de sus políticos que ganan elecciones y que hacen de Eustaquio Revilla una figura indisoluble de la marca PSOE en Asturias.

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