20130324

El escrache, contra los ex directivos de las cajas

El escrache, contra los ex directivos de las cajas

Un fenómeno recorre España: el escrache. Una forma de activismo nacida en Argentina que consiste en acosar y coaccionar en sus propias casas a los responsables políticos para denunciar las injusticias, los abusos o las estafas de un régimen democrático. El escrache lo han sufrido en silencio algunos ministros y cargos del PP. No lo han denunciado en la creencia de que darle publicidad estimularía a quienes lo practican.

Pero esta semana, el vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons, lo ha sufrido en sus carnes, lo ha contado y lo ha denunciado. Activistas de la plataforma contra los desahucios se plantaron en su casa en Valencia, pegaron carteles con su cara y aporrearon su puerta aunque él no estaba dentro.

González Pons ha buscado y encontrado el respaldo del Gobierno y la solidaridad de diputados y altos cargos del PP. El partido en el Gobierno tiene miedo de que estas conductas se generalicen en un país donde tanta gente lo está pasando mal. Este fin de semana, el PP ha tenido que blindar su Congreso en Pontevedra ante las protestas de los ahorradores estafados por las preferentes.

No se le puede pedir a una sociedad tan castigada que no proteste, que no levante la voz ante los agravios, las injusticias y los abusos a los que asistimos mientras la pobreza se extiende como una mancha de aceite, los ERE no cesan, los jóvenes más preparados se tienen que ir de España y hemos perdido la confianza en el futuro. Si las calles estuvieran llenas de manifestantes a diario nadie podría extrañarse y el Gobierno no podría quejarse.

Pero el escrache es otra cosa. Es una forma de protestar que rebasa los límites y es perjudicial incluso para la causa que se quiere defender, por justa que ésta sea. Además, se equivoca de enemigo. Los diputados del PP no tienen la culpa de los desahucios ni de la estafa de las preferentes que privará de los ahorros a decenas de miles de españoles, que, por cierto perderán más que los chipriotas. Los lanzamientos de personas desahuciadas por no poder pagar la hipoteca se ejecutan por mandato de los bancos y cajas nacionalizadas.

Y los responsables de la estafa de las preferentes son los que dirigían las cajas de ahorro cuando esos productos se vendieron. Y a esos nadie les acosa, ni les molesta ni se planta delante de sus casas para exigirles que devuelvan los millones que se llevaron en sueldos, bonus, indemnizaciones y planes de jubilación. Para desgracia de todos, los gobernantes actuales también son víctimas de un sistema financiero que nos tiene agarrados a todos por el dinero. Ellos han perdido su autonomía de decisión igual que los tenedores de preferentes han perdido sus ahorros y los accionistas de Bankia el valor de su inversión.

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