El mercado de la electricidad español: un oligopolio caro, complejo y falto de competencia
La reciente subasta eléctrica celebrada en el mercado español ha dado
como resultado una rebaja de los precios de esta materia prima del 15%,
que presumiblemente se traducirá en un abaratamiento en el alrededor del
6,7% en la factura media de los hogares. Con la puja de este miércoles
se ha fijado el precio de la electricidad para los próximos tres meses.
Momento para analizar este peculiar mercado que ha registrado una subida
acumulada del 70% desde 2008, según la Organización de Consumidores
(OCU).
Entre el 80% y el 90% del mercado está copado por las tres grandes
compañías del sector" Consumidores, distribuidores, comercializadores,
gestores de cartera, transporte... el mercado de la electricidad en
España está marcado por una complejidad (para muestra, este esquema)
que, a juicio de los expertos consultados por este diario, sirve como
barrera de entrada al mismo. Así, una cuota mayoritaria del mismo está
"capturada" por las grandes compañías, las más dotadas con medios
técnicos y humanos para gestionar tal sistema.
"Las tres mayores empresas eléctricas copan entre el 80% y el 90% del
mercado eléctrico", explica el economista Alejandro Inurrieta, para
quien estamos ante un claro ejemplo de oligopolio que nos empuja "a
pagar un precio muy superior al coste de creación de la energía". En su
opinión, llevamos varios años "sobrepagando" con nuestras facturas las
industrias hidroeléctricas y nucleares, cuyos principales costes ya
están amortizados.
A la misma conclusión llega la Comisión Nacional de la Energía (CNE),
que señala en su último informe que "más del 90% de los consumidores de
gas y electricidad son suministrados por comercializadores que
pertenecen a grupos con actividades de distribución". Un mercado en
manos de pocas compañías, es un hecho.
La subasta, la clave del precio
Los precios de la energía se mueven en el rango más alto de la Unión
Europea En España, país con un mix energético propio y "exceso de
capacidad" en la generación (tal como constata la propia CNE), la forma
que ha hallado el Gobierno para calcular el precio de la luz no es otra
que el sistema de subastas competitivas. Durante un plazo de tiempo
limitado, los operadores pujan por ofrecer el mejor precio, si bien, en
opinión del profesor Inurrieta, "ocurre que los operadores tratan de no
alejarse en los precios y llevan a cabo una colisión".
Hay poca competencia efectiva, lo que ha provocado que los precios de la
electricidad en España se muevan entre los rangos más elevados de la
Unión Europea, tal y como señala la CNE en este informe. Esta presión
competitiva es menor aún "en el segmento de los consumidores
domésticos".
¿Es de esperar nuevas caídas del precio? No, en opinión de fuentes del
sector consultadas por este diario. La bajada de los precios, dicen,
"tiene más que ver con una operación de maquillaje en un trimestre de
bajo consumo. Seguro que el próximo trimestre, en el que aumenta el
consumo, volveremos a registrar subidas", añaden.
Demasiados precios regulados
La fijación del precio trimestral, sin embargo, es solo una parte del
problema, ya que más del 85% de los consumidores españoles están sujetos
a tarifas reguladas. Como el coste de generación de esa electricidad
lleva años siendo más alto que el precio pagado por los usuarios, se ha
ido generado un déficit en el sector que alcanza los 23.312 millones de
euros, según datos de la CNE.
Los precios regulados no suponen necesariamente un mecanismo de
protección al consumidor" El regulador de la energía apuesta eliminar
tanto los precios regulados de la luz como los del gas, ya que en la
práctica "no suponen necesariamente un mecanismo de protección al
consumidor", señalan. ¿Por qué? Alegan que una excesiva regulación actúa
como un incentivo en contra de la entrada de nuevos operadores que
aumenten la competencia del mercado.
En paralelo a la fijación de precios, el poder político ha impulsado
desde hace años una mayor regulación en el propio panorama industrial
español. Y no siempre se ha optado por la opción más rentable
económicamente (en especial las energías no renovables) lo que ha
supuesto un encarecimiento progresivo en el coste de generación. Los
precios son caros y lo explica la CNE "por la incorporación de costes
del sistema de un volumen creciente de costes reconocidos a las
actividades reguladas".
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