Las detenciones por estafar al seguro se disparan en la provincia
La Policía Nacional arresta en un año a 113 ciudadanos por simulación de delito, lo que supone un incremento del 30%
«Me han atracado cuando salía del cajero. Un individuo con ropa oscura y con la cara tapada me ha robado 600 euros a punta de navaja y ha huido a la carrera. Apenas he podido ver nada». Es un relato que cada vez resulta más familiar a los funcionarios policiales encargados de tramitar las denuncias ciudadanas en la provincia de Alicante.
Pero la experiencia y la intuición dicen a los investigadores que, en un elevado porcentaje, los hechos descritos no se corresponden con la realidad. Detrás de esta práctica se esconde el propósito de estafar a las compañías aseguradoras, con el objetivo de cobrar una indemnización que reporta dinero fácil y rápido.
La picaresca en este campo, como precisan fuentes policiales, siempre ha existido. Sin embargo, el fenómeno jamás había adquirido las dimensiones actuales. La causa es evidente: la profunda crisis económica que, tras echar raíces en la provincia y el resto del país, deja ya cinco duros años de recesión.
La desesperación lleva a numerosos alicantinos a jugarse una detención, con tal de conseguir ingresos, aunque sea a costa de cometer un fraude contra el seguro. Durante 2012, solo el Cuerpo Nacional de Policía detuvo en la provincia a 113 personas por lo que se conoce como simulación de delito. Es un 30% más que un año antes, cuando la cifra, ya de por sí llamativa para lo que es habitual, alcanzó los 87, según consta en los archivos policiales.
En total, la Comisaría Provincial de Alicante detectó el año pasado 132 simulaciones de delito, mientras que en 2011 fueron 86, ya fuese con uno o más implicados. Los efectos denunciados como sustraídos incluyen desde dinero a todo tipo de artículos, como teléfonos móviles, ordenadores portátiles y joyas. No obstante, el caso más común con el que se enfrentan los agentes de policía tiene que ver con la supuesta sustracción de móviles de alta gama. Los propietarios comunican que han sido víctimas de un robo con violencia e intimidación, porque el hurto, normalmente, no está cubierto por sus pólizas de seguro.
«En un 70% de los robos violentos denunciados falsamente aparecen los teléfonos de última generación. Suelen declarar que alguien les ha puesto un objeto punzante por la espalda y que ha echado a correr; que vestía ropa oscura y capucha y que no vio nada», explican fuentes policiales.
La Policía Nacional, igual que la Guardia Civil, ya está prevenida debido a la incidencia de las denuncias falsas en los últimos tiempos. «Alguno ha llegado a denunciar la sustracción de un teléfono y le ha sonado en la propia oficina de denuncias cuando estaba dando cuenta de ello», señalan las mismas fuentes.
Pero no es lo habitual. Por norma, los funcionarios de la Policía Nacional abren investigaciones en las que se realizan todo tipo de comprobaciones. Y casi siempre salen a la luz unos indicios que, en caso de fraude, llevan hasta el autor de la denuncia fraudulenta.
Así ocurrió el año pasado con 113 personas en la provincia de Alicante, solo en la demarcación de la Policía Nacional. El castigo para los infractores no resulta muy pesado, dado que el Código Penal establece una multa de seis a doce meses al que simule, ante funcionarios de la justicia o de las fuerzas de seguridad, «haber sido responsable o víctima de una infracción penal o denuncia una inexistente, provocando actuaciones procesales». Sin embargo, quienes incurren en este engaño han de ser conscientes de que puede acarrearles una condena que haga recaer sobre ellos sus primeros antecedentes penales, con todo lo que ello entraña.
En cambio, para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el fenómeno de las simulaciones de delito representa detraer recursos de otras áreas en las que, quizá, resultan más necesarios: «Nos resta medios humanos y materiales que podrían destinarse a trabajos de prevención e investigación de otros delitos». Por este motivo, el Ministerio del Interior ha lanzado en los últimos meses varios mensajes disuasorios para alertar a los ciudadanos sobre la gravedad de las falsas denuncias
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