Veintiuna causas que agravan la tasa de paro español
La economía nacional tiene muchos retos que afrontar para resolver el que es su gran problema estructural
España es el segundo país con más paro de la UE y de la OCDE (solo por
detrás de Grecia) a causa "simplemente de una regulación mucho más
rígida e ineficiente de su mercado laboral. No por ninguna otra causa".
Tres prestigioso catedráticos y profesores de economía escribieron este
diagnóstico en los últimos 65 días. El paro está en niveles récord tras
dos reformas laborales consecutivas, de la última de las cuales se
cumple ahora un año. En ese periodo, la destrucción de empleo (que es un
cifra distinta a la del paro) aumentó el 217% respecto a 2011.
Se ha dicho que solo España ajusta en las crisis vía despidos, pero el
mundo desarrollado está en niveles récord de desempleo, según la
Organización Internacional de Trabajo(OIT), y ya en septiembre de 2010
el Fondo Monetario Internacional (FMI) proclamó que el mercado laboral
global estaba "en una situación catastrófica".
El rasgo distintivo español no es, pues, la destrucción de empleo sino
la intensidad del fenómeno. Pero las teorías monocasuales suelen ser
fallidas casi siempre y raramente los problemas complejos y profundos se
explican de forma tan sencilla. Si la regulación del mercado laboral
fuese la causa diferencial y única del liderazgo español en paro alguien
debería explicar cómo un rasgo común y compartido por las 17
comunidades autónomas genera tasas de paro del 16% en unas regiones y
del 36% en otras, por qué toda la mitad norte de España (sin excepción)
está por debajo del promedio nacional de desempleo (mientras que toda la
mitad sur se sitúa por encima) y por qué regiones como el País Vasco,
con los salarios más altos, una de las mayores tasas de afiliación
sindical y gran peso del empleo fijo, disfrutan del menor desempleo de
España.
Si el problema determinante y único fuese la rigidez del mercado
laboral, estaría también pendiente de explicar por qué en el país con
mayor flexibilidad laboral (EE UU) el paro se duplicó durante la crisis
(del 5% al 10%, aunque autores como Nouriel Roubini lo situaron en el
17,5%) mientras que en Europa, con mayores rigideces, creció menos de la
mitad: el 48% (pasó del 7,2% al 10,7%). Y por qué Alemania con "un
mercado laboral muy restrictivo y despido caro" (Alan Greenspan) ha sido
capaz de crear empleo durante la crisis y es el tercer país de la UE
con menos parados (5,4%) mientras que Irlanda, uno de los líderes
europeos en flexibilidad laboral, es la cuarta economía de la UE con
mayor desempleo (14,6%).
En la especificidad española subyacen, por tanto, muchas más causas que la regulación laboral.
1 - Empleo de escasa solidez. España
fue el país europeo que, pese a su denostada legislación laboral, más
empleo creó entre el fin de la recesión de 1992-1993 y el arranque de la
actual, en 2008. Pasó de 12 a más de 19,2 millones de ocupados. Fue en
buena medida un empleo de baja calidad y de aluvión, ligado a la
"burbuja" inmobiliaria, escaso valor añadido y vinculado a salarios
reducidos (dos tercios de la población laboral es "mileurista") y baja
cualificación. Un empleo, por tanto, de escasa solidez ante la crisis.
Todo esto guardó relación con la especialización productiva española. En
ese periodo el país creó casi 8 millones de empleos. Y entre 2001 y
2006 generó la mitad de los empleos nuevos de la zona del euro. El
efecto fue el que pronosticó el ex presidente de EE UU Bill Clinton en
la Universidad Europea de Madrid el 22 de mayo de 2009: "Aquellos que
crecieron con más fuerza caerán de manera más profunda".
2 - Volatilidad.
La economía española es muy volátil, con alzas y caídas más bruscas e
intensas que otras economías con mucho mayor peso específico y poderío
industrial. El peso de unos u otros sectores en el PIB es determinante.
Este rasgo espasmódico no solo se manifiesta en la intensa capacidad de
creación de empleo en épocas de bonanza y el angustioso potencial
destructor de puestos de trabajo en periodos de crisis. También ocurre
en otros ámbitos, como el comportamiento bursátil. Su enorme elasticidad
(es el parqué más alcista cuando todos suben y el que más cae cuando
sobrevienen los correctivos) guarda mucha más relación con el tamaño, la
estrechez y la estructura del mercado que con su regulación. La gran
dependencia del ahorro inversor exterior, la elevada ponderación de muy
pocos valores en los índices y otros rasgos estructurales explican mucho
más la singularidad española que la norma reguladora. Este paroxismo
también se verificó con el comportamiento del IPC en los primeros años
de la crisis.
3. Crecimiento demográfico y de la población activa.-
España es el país de Europa que más aumentó su población durante la
época de bonanza: importó 5 millones de personas entre 1996 y 2007 (el
50% de las que llegaron a la Unión Europea), atraídas por el fulgor de
un crecimiento económico trepidante y necesitado de mano de obra. Fue
también en el que más creció su población activa (personas que trabajan o
que demandan empleo) entre 1996 y 2008. Lo mismo ocurre si se considera
un periodo más amplio: entre 1980 y 2008 España aumentó su tasa de
actividad en 14,1 puntos y la Unión Europea, en 5,1. El derrumbe de la
economía por la crisis internacional más el desplome de la "burbuja"
específica española han dejado el desolador panorama de ingentes
excedentes de trabajadores que ahora ya no tienen ocupación en sus
antiguas actividades.
4 - Efecto matemático perverso.
La tasa de paro sobre población activa supone que cualquier aumento de
los demandantes de empleo, aunque sea idéntico a un incremento igual de
la población activa, determina un alza estadística del índice de paro.
5 - "Burbuja" inmobiliaria. El
paro y la recesión han sido por lo general superiores en los
territorios que alimentaron una "burbuja" inmobiliaria, caso de España e
Irlanda y de Nevada, Florida, Arizona y California en EE UU (Jean
Claude Trichet, ex presidente del BCE, el 27 de agosto de 2011). El
premio Nobel Paul Krugman denominó a España como "la Florida de Europa"
por su apuesta por el ladrillo desde los años 90. El 80% del empleo
destruido en España hasta 2011 procedía de la construcción. Este sector
llegó a representar en España el 13,3% del empleo y solo la edificación
(sin la obra pública) supuso el 9% del PIB. Desde 1996, la edificación
creció en España en 5 puntos porcentuales. En Alemania, donde su peso ya
era bajo, se redujo en 2 en el mismo periodo. Los sectores que más y
primero se derrumbaron fueron los que más crecieron durante el llamado
"milagro español".
6 - Vivienda en propiedad. Diez
de los 16 países de la UE con más paro son justo aquéllos en los que,
como España, mayor porcentaje de población optó por la vivienda en
propiedad y no por el alquiler. Las razones son varias: mayor
endeudamiento familiar, excesiva concentración de la inversión y riesgos
bancarios en el sector inmobiliario y más dificultades a la movilidad
geográfica para aceptar un trabajo fuera del territorio de origen.
7 - Reestructuración sectorial.
Además de soportar la misma crisis general que otros países, España
está afrontando una reestructuración de su capacidad productiva de la
que otras economías están exentas. El exceso de recursos humanos,
financieros y de capitales que España concentró en sectores hoy
sobredimensionados (como el inmobiliario) que han de ser reasignados a
otras actividades. Si en otros países la crisis es dura, pero de
naturaleza coyuntural, en España, además, es estructural porque exige
una readaptación de buena parte de su estructura productiva y reasignar
recursos (unos 6 puntos del PIB) a otros sectores.
8 - Estacionalidad y "mal holandés". Una
parte relevante de la economía española está ligada a sectores muy
estacionales. Además, especialistas como Josep Oliver Alonso, Florentino
Felgueroso, Luis Garicano y otros han definido la excesiva dependencia
nacional del turismo y de la consiguiente demanda inmobiliaria -y, en
consecuencia, su supeditación a un bajo incremento de la productividad-
como el "mal holandés" de la economía española. Construcción y servicios
sumaban en 2008 el 80,5% del PIB nacional.
9 - Peso industrial. La
aportación de la industria al PIB español es del 17% frente a una media
europea del 20%. En Alemania supone el 25%. La participación media de
la industria en los tres grandes países del sur de Europa (España,
Italia, Francia) cayó en casi cinco puntos desde la creación del euro.
De ellos, España fue el que más se desindustrializó. Por el contrario,
los países del norte (Alemania, Holanda, Finlandia...) mantuvieron su
peso industrial y sufren menos la crisis. Esto mismo ocurre dentro de
España. De las 11 regiones que tienen una tasa de paro inferior a la
media, 9 (todas, menos Madrid y Baleares) tienen un peso industrial
superior al promedio y están situadas en la mitad norte del país. En el
País Vasco, la región española con menos paro, la industria aporta el
28% del PIB.
10 - Innovación, tecnología y patentes. España está a la cola en el
valor añadido bruto (VAB) basado en el conocimiento (BBVA e IVIE con
datos de 2007). Nuestro país, que es la novena potencia económica
mundial, ocupa el lugar 39º en innovación (Informe Global de
Competitividad del Foro de Davos). La inversión en investigación,
desarrollo e innovación supone el 1,39% del PIB, por debajo de la UE
(2%), EE UU(2,77%) y Japón (3,44%). España solo supera en Europa a
Italia, Malta, Grecia, Chipre y los antiguos países comunistas, con
excepción de República Checa y Estonia. Alemania destina el 2,84% (Datos
de Eurostat en 2010). La economía alemana es 2,64 veces mayor que la
española pero las patentes alemanas registradas en 2011 (último dato
disponible) fueron 13 veces más numerosas que las españolas. La
innovación es clave para la competitividad. En España las regiones que
mejor resisten la crisis (Madrid, País Vasco y Navarra) son también las
más desarrolladas tecnológicamente y con más capacidad de atraer capital
humano cualificado.
11 - Cualificación productiva.
Menos del 7% de las exportaciones españolas tienen un alto grado de
sofisticación (Carlos Sebastián, Universidad Complutense). Y las ventas
al exterior de alta tecnología solo suponen el 4,16% del total, el nivel
más bajo de la UE (Dato de Eurostat). La falta de innovación ha
convertido a la industria española en proveedora de productos
intermedios para empresas de otros países. El peso de la producción de
"productos finales, que son los que dejan margen" es reducido (Ángel
Laborda, Funcas). A la inversa, mientras en España el 44% de las ventas
al exterior tienen un componente tecnológico bajo, en Alemania ese tipo
de producciones solo suponen el 29% de sus expediciones.
12 - Capacidad exportadora.
En España exportan pocas empresas. De 3,4 millones de sociedades, lo
han hecho alguna vez el 3,6%. Pero de éstas 122.987, menos de un tercio
(37.000) lo hacen de forma habitual. El 86% del total de las ventas
nacionales en el exterior depende de solo el 4% de los exportadores. Las
37.000 empresas que vende fuerte de forma regular coinciden casi con
las 30.574 empresas que en España facturan más de 6 millones. Las
regiones españolas con menor paro son las que más exportan. Todo el
norte de España exporta en relación a su PIB por encima de la media
nacional (20%), salvo Asturias y La Rioja (Cantabria roza el promedio).
Navarra (43,2%) y País Vasco (31,6% del PIB), líderes en exportaciones,
son los territorios con menos desempleo.
13 - Tamaño de las empresas.
El 80% del empleo en España depende de las pequeñas y medianas empresas
(pymes) y éstas son las más endebles y vulnerables en caso de una
crisis económica. Las empresas con más de 500 trabajadores son las que
mejor aguantaron la crisis en España y la mayoría de las 177.000
empresas desaparecidas entre 2008 y 2011 fueron pymes.(Informe de Anna
Laborda, de ESADE). Entre las pequeñas y medianas empresas la mayor
mortalidad no se produjo en la micropymes, sino en aquéllas pequeñas con
una plantilla entre 10 y 49 trabajadores. Un estudio de Rafael Domenech
(BBVA) refleja que las empresas españolas son igual de productivas que
las extranjeras de su mismo tamaño pero que la economía española es
globalmente menos competitiva por el predominio de empresas muy pequeñas
y la menor abundancia de medianas y grandes. solo Portugal ,Italia y
Grecia arrojan un desequilibrio mayor.
14 - Devaluación interna.
La actual estrategia de rebajas salariales para ganar competitividad,
en un intento por salir de la crisis por la vía del aumento de las
exportaciones, tiene a corto plazo un efecto destructor de empleo en las
economías como la española con escaso peso exportador y con una
dependencia tradicional aguda del consumo: en España representa el 57%
del PIB. La devaluación interna está profundización el derrumbe de la
demanda interna y destruyendo más empleo como efecto inmediato a la
espera de que el revulsivo exportador sea suficientemente portentoso
para compensar con creces el desplome del consumo. Esta receta, en
países gran capacidad exportadora mundial como Alemania, surten efecto
más rápido, de forma más intensa y con menores efectos secundarios a
corto.
15 - Estructura financiera de las empresas y bancarización.
Las sociedades no financieras en España tienen tradicionalmente una
alta dependencia de la financiación externa más que de los recursos
propios. Esto crea una debilidad intrínseca en caso de una crisis que,
como la actual, tuvo en origen y tiene naturaleza financiera. Por esta
razón la estructura financiera de las compañías, en particular de las
pymes españoles, es más vulnerable. Pero además la economía española es
una de las más bancarizadas de la OCDE (Emilio Ontiveros, AFI). Esto
significa que la dependencia de las empresas del crédito bancario es muy
alta respecto a otros países que disponen de otros mecanismos, como las
sociedades de capital-riesgo, fondos de inversión y otros inversores
institucionales y mecanismos de financiación no bancaria más abundantes.
Como consecuencia de ello, la crisis bancaria internacional de 2008, y
la nacional a partir de 2009, y la restricción del crédito, con el
cierre del mercado financiero internacional, golpeó y asfixió mucho más a
las empresas españolas tras la quiebra de Lehman Brothers.
16 - Plazos de demora en los pagos. La
debilidad de la estructura financiera de las empresas se acrecienta
porque España es, tras Italia, Grecia y Portugal, el cuarto país de
Europa con los plazos más dilatados de pago y con más retraso sobre los
plazos convenidos por parte de las administraciones públicas y el
tercero (tras Grecia e Italia) con las empresas que más tarde pagan sus
facturas. (Informe PMCM con datos de Intrum Justitia).
17 - Endeudamiento económico.
La economía española (no su sector público) es uno de los más
endeudados del mundo desarrollado. Lo están en exceso las empresas y las
familias. Y lo está la economía nacional con el exterior. Esto ha
contribuido a aumentar la deuda pública; la suma de la deuda pública y
de la deuda privada disparó la prima de riesgo y ésta encareció la
financiación a las empresas españolas respecto a sus competidores
internacionales y les hizo perder competitividad. Las familias y
empresas que se acogieron al concurso de acreedores en el último
trimestre de 2012 por su alto endeudamiento aumentaron el 15% y el 42%
respectivamente. Jeffrey D. Sachs, de la Universidad de Columbia,
escribió en 2010 que la crisis tuvo un detonante (EE UU) y una réplica
(Irlanda, Portugal, España y Grecia) porque todos ellos incurrieron en
una "orgía" de endeudamiento privado desde los años 90. El FMI dijo el
10 de abril de 2012 que las perspectivas son peores "en países donde ya
existía previamente un excesivo endeudamiento privado, como Islandia,
Irlanda, España, Reino Unido y EE UU".
18 - Política fiscal destructora de empleo. España
ha mantenido una política fiscal de rebajas sucesivas de impuestos
(situados hasta 2012 por debajo de la media de la OCDE), lo que aumentó
la percepción de riqueza y el consumo a la vez que persistieron unas
cuotas a la Seguridad Social elevadas en términos comparados (11 puntos
por encima del promedio), lo que encareció el factor trabajo. Este
último factor penalizó la competitividad de los productos españoles
mientras la persistencia de un IVA muy bajo hasta 2010-2012 no benefició
a nuestras exportaciones pero sí a los productos de importación,
alentados a su vez por una mentalidad colectiva que liga atributos de
prestigio a las marcas internacionales. La sustitución de producción
nacional destruye empleo. Esto y la elevada demanda de ahorro exterior
supusieron que desde 1998 España acumuló uno de los mayores déficits
externos por cuenta corriente (90% del PIB en términos netos).
19 - Fracaso escolar y disfunción formativa.
España está 12 puntos por debajo de la media de OCDE en comprensión
lectora, según el Informe PISA. Una vez más la España del Norte (la de
menos paro) sale mejor en las pruebas que la del Sur. España tiene un
gran déficit formativo en buena parte de su población y un exceso de
sobrecualificación en el extremo contrario. El país tiene la mayor
proporción de peones de la UE y la misma que hace 20 años (Florentino
Felgueroso), y casi el 50% de la población no supera los estudios
obligatorios frente al 30% en Europa (Joaquín Lorences y datos de la
OCDE). El abandono escolar es muy alto (33% frente al 20% en la UE). Y
el 80% de la destrucción de empleo se cebó en personas de baja
cualificación. Los estudios de IVIE, Adecco y otros y Eurostat
evidencian una relación inversa entre desempleo y nivel formativo. Las
regiones con menos paro vuelven a ser las que tienen trabajadores con
más cualificación (la del Norte). Lo mismo ocurre en los países del
Norte de Europa respecto a los del Sur.
20 - Formación profesional y formación interna.
En España solo el 33% de los jóvenes estudia formación profesional. En
Alemania es el 66%. Y los empresarios españoles son los sextos de Europa
(tras los de Bulgaria, Rumanía, Portugal, Hungría y Grecia) que menos
invierten en formar y reciclar a sus trabajadores. Antes de la crisis
recibían formación en las empresas españolas el 7,8% de los trabajadores
frente al 10,4% en la eurozona. Las empresas propenden a ajustar más su
capacidad en las crisis mediante despido cuanto menos cualificado es su
personal y más básico es su negocio. Los países en los que se más se
buscan alternativas al despido son aquellos con más actividades con
valor añadido y con personal muy cualificado y difícil de reponer.
21 - Economía sumergida y corrupción.
España es, con Grecia e Italia, uno de los tres países europeos con más
economía sumergida y fraude. Coinciden todos los estudios y se apunta
hasta un 25% del PIB (el doble que la media de la UE). Los datos del
paro no son, por tanto, fidedignos, como han dicho OCDE, Funcas, CEOE,
Banco Mundial, Gestha y otros. La corrupción pública y privada es un
sobrecoste. Este mal concierne a la sociedad en su conjunto. España es
el 30º país más corrupto de 170 y las empresas españolas son las
segundas, tras las chinas, que más recurren al soborno para crecer en el
mercado exterior. (Roberto Velasco, profesor del País Vasco).
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