a lo mejor los 450000 políticos y sus asesores, consejeros, "cargos de confianza".. y la corrupción, el nepotismo y el despilfarro cuestan mucho más.. pero como de eso no hay cifras..
El dinero negro le cuesta cada año a Hacienda hasta 80.000 millones de euros
¿Cuánto deja de ingresar cada año el sector público por la economía
sumergida? La respuesta la acaban de ofrecer dos expertos en ‘dinero
negro’. Y su conclusión es que hasta el 8% del PIB se esfuma por el
respiradero de la economía informal. O lo que es lo mismo, unos 80.000
millones de euros. Para hacerse una idea de lo que significa esa cifra,
hay que tener en cuenta que es equivalente a lo que recaudó el año
pasado Hacienda por IRPF y Sociedades (83.607 millones), lo que pone de
relieve su importancia en términos económicos.
El trabajo está firmado por los economistas Santos M. Ruesga,
catedrático de Economía Aplicada, y Domingo Carbajo, inspector de
Hacienda y con una larga trayectoria en la administración tributaria.
Ambos formaron parte de la Comisión que creó el Gobierno en tiempos de
Miguel Boyer como ministro de Economía, para analizar los efectos y las
soluciones para acabar con la economía sumergida.
Aquellas conclusiones cayeron en saco roto y 30 años después, como dice
el informe, la economía que funciona al margen de la ley, representa ya
alrededor del 28% del PIB, lo que convierte a España en el país de mayor
crecimiento de la economía sumergida. Un dato lo certifica. Según su
investigación, la economía informal representaba en 2006 el 19,6% del
Producto Interior Bruto, pero en 2010 ya suponía el 24,7%, y en aumento.
La causa tendría que ver con la crisis, que ha disparado la economía
informal. Ahora se situaría en torno al 28%. Un volumen tan amplio tiene
un evidente coste en términos de recaudación, y según sus estimaciones,
se movería entre el 3% y el 8% del PIB.
Entre las causas que explican este aumento se encuentra la menor
utilización de medios electrónicos de pago. Muchas empresas han
eliminado el cobro para no pagar comisiones y en otros casos se ha
elevado el techo a partir del cual se puede pagar por medios
electrónicos. Existen, además, otros factores.
Presión fiscal y dinero negro
Los ajustes (recortes) han podido afectar “de forma notable” a los
comportamientos de los agentes económicos, ya que la mayor presión
fiscal puede incentivar su participación en la economía sumergida “como
una manera de mejorar su nivel de competitividad”. Sobre todo cuando en
un contexto de crisis los márgenes empresariales tienden a estrecharse.
El resultado es un fuerte aumento de la economía sumergida. Y de hecho,
según sus estimaciones, por cada punto que aumenta la economía
sumergida, los ingresos fiscales se reducen, aproximadamente, en 0,35
puntos porcentuales. Es decir, ligeramente por encima de la tercera
parte del PIB.
Los autores del informe achacan este enorme crecimiento de la economía
sumergida a un enfoque “excesivamente nacional” de esta problema. Y
apuntan directamente a los paraísos fiscales (centros off shore).
“Estamos asistiendo, sostienen, a un desplazamiento de la evasión
tributaria directa hacia la elusión fiscal más sofisticada”. Y de ahí
que se reclame mayor colaboración internacional.
Los expertos aseguran que junto a la cooperación es necesario que las
autoridades modulen su actividad represora, y en su lugar opten por una
política planificadora que dé continuidad a la lucha contra el fraude
fiscal a lo largo de los años. De la misma manera, se recomienda que, al
mismo tiempo, se dé ejemplo desde el lado del gasto público con una
“lucha decidida” para combatir la corrupción, que de alguna manera
legitima determinados comportamientos.
Los expertos consideran que una medida efectiva puede ser eliminar las
unidades monetarias de mayor valor en circulación, los billetes de 200 y
500 euros, y que al empezar la crisis sumaban por sí solos el 71,2% del
total circulado en España. Pero es que actualmente han subido al
76,72%, mientras que apenas alcanzan la mitad en la media de la eurozona
y además bajaron en el mismo periodo.
Tales planteamientos restrictivos deberían acompañarse de una
incentivación de los medios de pago electrónicos, evitando regulaciones
que los encarezcan en términos relativos para los consumidores y
mediante incentivos fiscales como los aplicados contra la economía
sumergida en Alemania y a favor de los pagos con tarjetas en Asia y
América.
Recuerdan, por último, que en España el uso de efectivo duplica al de
la eurozona y critican que la medida que limita los pagos a un máximo de
2.500 euros tenga un carácter aislado, sin que se hayan dado
alternativa en forma de otros medios de pago.
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