Morenés considera tan lamentable el espionaje de EEUU como que se haya filtrado
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, considera "lamentable" el espionaje de EEUU en España, pero también lamenta que se haya filtrado. Así se ha expresado desde el Congreso:
"Me parece un hecho lamentable por la doble responsabilidad de hacerlo y por tener abiertos los servicios secretos. Todos los países tienen sus servicios secretos, pero la primera regla de oro es que los servicios secretos deben ser secretos".El ministro considera que hay que esperar a ver las explicaciones que da Estados Unidos "y, en función de eso, será complicado, pero tendremos que tener una conversación con los aliados en la que este asunto no vuelva a ocurrir". Eso sí, cree que "es muy importante también dar el beneficio de la duda".
DIVISIÓN SOBRE LA RESPUESTA DEL GOBIERNO
Mientras tanto, la respuesta del Gobierno al espionaje de EEUU está generando división política. Mientras PP y PSOE se muestran cautos ante una posible reacción de respuesta, el resto de partidos de la oposición reclaman más contundencia al Ejecutivo de Rajoy.
Desde el PP, su portavoz parlamentario, Alfonso Alonso, defiende que el Gobierno sea "prudente" en este asunto. Considera Alonso que se deben analizar las informaciones y esperar a que EEUU dé sus explicaciones porque la seguridad "se construye desde la confianza mutua y el comportamiento leal entre aliados".
Aún así, ha advertido que EEUU no puede excusar sus acciones en la seguridad, porque "no hay nada que dañe más la seguridad que escándalos como éste".
Soraya Rodríguez, portavoz del PSOE en el Congreso, considera de "extrema gravedad" el espionaje y cree que, de confirmarse, las relaciones entre España y EEUU se verían "seriamente dañadas". "Entre socios y aliados internacionales no pueden darse este tipo de comportamientos".
"LAS EXPLICACIONES NO BASTAN"
Más contundentes se han mostrado el resto de partidos de la oposición. Desde Izquierda Unida, su portavoz, José Luis Centella, cree que el Gobierno está siendo "demasiado blando y sumiso" y que "no basta con pedir explicaciones". Por eso ha pedido llevar este asunto a los tribunales internacionales.
Izquierda Plural ha pedido por tanto la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, así como del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, en la comisión de secretos oficiales del Congreso.
En el mismo tono se ha expresado Irene Lozano, portavoz de Exteriores de UPyD, quien cree que el espionaje "deja en evidencia" al Gobierno. "Una vez más, gracias a su incompetencia, la acción de los tribunales desborda y sobrepasa a la acción política. Como ocurrió con los desahucios, con Bárcenas o con la corrupción", ha asegurado.
Cree Lozano que el Ejecutivo ha de tomar la iniciativa y unirse a la postura de Francia y Alemania para desarrollar una "acción conjunta" de la UE.
Más de lo mismo desde el PNV, cuyo portavoz parlamentario, Aitor Esteban, cree que EEUU "lo único que está haciendo es lanzar la pelota fuera del campo". "Con cuatro buenas palabras no se puede solucionar un asunto que es lo suficientemente grave para que las explicaciones sean claras, detalladas y eso pueda hacer restaurar la confianza de los aliados europeos, y en el caso de España, de manera especial", ha agregado.
EL COMPROMISO DE EEUU
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, de gira por el este de Europa, expresó su "seria preocupación" por el espionaje de EEUU y advirtió que, "de confirmarse, podría suponer la ruptura del clima de confianza que tradicionalmente ha presidido las relaciones entre ambos países".
Ayer lunes, el embajador estadounidense en España, James Costos, acudió al Ministerio de Asuntos Exteriores para entrevistarse con el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo, durante 40 minutos. Una reunión en la que el Ejecutivo español instó a las autoridades americanas toda la información respecto a las supuestas escuchas.
Costos, por su parte, se comprometió a despejar "las dudas" de España en este escándalo, que también ha generado tensiones con otros países europeos como Alemania y Francia.
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