La revuelta de «las horcas» se extiende por Italia
La
rabia por la interminable crisis económica lleva a miles de italianos a
echarse a la calle para mostrar su desesperación. La nueva revuelta del
movimiento de los «forconi» (los de la horca) prosiguió ayer por cuarto
día consecutivo en muchas regiones italianas, con manifestaciones y
bloqueos del tráfico. «Paralicemos Italia» es el eslogan de este
movimiento de protesta que surgió en Sicilia en 2012, adoptando como
símbolo las horcas («forconi»), que en el pasado fueron emblema de
varias revueltas populares. Es un movimiento heterogéneo, que agrupa a
ganaderos, camioneros, parados, inmigrantes, estudiantes, descontentos
con los impuestos y grupos extremistas de derecha e izquierda. Protestan
contra la globalización porque dicen que ha eliminado puestos de
trabajo, critican a la UE y el euro y rechazan las políticas de
austeridad.
Varios colectivos aprovechan la ocasión para manifestar su malestar.
Así, los estudiantes asediaron ayer la universidad «La Sapienza» de
Roma, enfrentándose a la Policía en protesta contra los recortes a los
servicios públicos y a la educación. Diversos incidentes se registraron
también ayer en Milán, Florencia y en Ventimiglia. Dos episodios en
Génova y en Turín han sido muy comentados: varios policías se quitaron
los cascos de protección, lo que fue interpretado por muchos como un
gesto de solidaridad con los manifestantes. El secretario general del
sindicato de policía Siulp, Felice Romano, explicó así tal acto
simbólico: «Se ha agotado la paciencia, las instituciones y la política
están muy lejos de los problemas de la gente». Algunos policías han
aprovechado la revuelta para mostrar su rabia declarando que ellos
también se sienten «angustiados por los impuestos y mal pagados» (el
salario mensual de un policía es de 1.300 euros ).
El profundo malestar social y las protestas ofrecen una tentación
incendiaria única para la demagogia y el populismo, y la ha aprovechado
de inmediato Beppe Grillo, el líder del Movimiento 5 Estrellas. Grillo
invitó a las fuerzas del orden a unirse a los manifestantes y no
proteger a los políticos. También Silvio Berlusconi ha visto con
simpatía la protesta y algunos dirigentes de su partido han manifestado
su cercanía con las inquietudes de los manifestantes. La alianza
populista de Grillo y Berlusconi, echando leña al fuego de la revuelta,
se justifica porque ambos ven una oportunidad de «mandar al gobierno a
casa», si la revuelta se agrava.
Acabar con el caos
El gobierno ha mostrado gran preocupación, prometiendo poner fin al
caos. Enrico Letta, que el miércoles obtuvo el voto de confianza del
Parlamento a la nueva mayoría gubernamental tras la salida de la
coalición del partido de Berlusconi, se mostró muy crítico contra
Grillo: «Las instituciones exigen respeto, no palabras ilegítimas que
avalan la violencia e incitan a la insubordinación de las fuerzas del
orden».
El ministro del Interior, Angelino Alfano informó ayer al Parlamento
sobre las protestas, señalando que existe riesgo de que la protesta
derive en rebelión contra las instituciones. «Vamos a reprimir cualquier
amenaza y defender la seguridad de los ciudadanos» advirtió el
ministro. El movimiento de los «forconi» ha amenazado con intensificar
la protesta, bloqueando los camiones de transporte internacional y
acudiendo a Roma desde toda Italia en la próxima semana «para hacernos
con el Estado».
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