ya hace tiempo que el único crecimiento posible se basa en "burbujas"..
Los emergentes se resisten a perder el atractivo para los inversores
La crisis de los cuarenta ha llegado de forma anticipada a los
emergentes. Después de años de ejercer de motor del crecimiento global
mientras los países desarrollados se hundían en la peor crisis desde la
Gran Depresión, las economías emergentes parecen haber perdido brillo a
ojos de los mercados, que desconfían de su capacidad para abordar los
problemas económicos que les acechan con un ritmo de crecimiento
sensiblemente más reducido y temen una salida de capitales cuando la
Reserva Federal empiece a retirar estímulos en EE UU. Mientras muchas de
las divisas de estos países se contagiaban de los problemas de
Argentina, sus dirigentes trataban de seducir a la élite económica y
financiera reunida en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. Entre
los emergentes, los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica) sin duda han desplegado sus armas diplomáticas a conciencia.
En el caso de Brasil, su presidenta Dilma Rousseff, acudía este viernes
por primera vez al foro de Davos con un mensaje claro: Brasil sigue
siendo un mercado atractivo en el que merece la pena invertir. Para la
presidenta brasileña, las tensiones de las divisas emergentes son
únicamente consecuencia de la retirada de estímulos de la política
monetaria de EE UU y aseguró que 376.000 millones de dólares en reservas
internacionales y la decisión del banco central de mantener la
estabilidad de la divisa son garantías suficientes para afrontar la
volatilidad de los mercados. “Aunque las economías desarrolladas ya
hayan iniciado la recuperación, las economías emergentes seguirán
jugando un papel destacado”, apuntó. “Los emergentes cobrarán mayor
dinamismo con una nueva orientación de sus políticas económicas”. No hay
crisis de edad que valga. “No creo que los BRICS atravesemos la crisis
de la mediana edad. Es solo que estamos sufriendo con retraso el impacto
de la crisis económica y financiera. Tardaremos en volver a los niveles
de crecimiento previos a la crisis pero aún rondará el 4% o el 5%”,
aseguraba el titular brasileño de Finanzas, Guido Mantega, en un debate
sobre el futuro de los BRICS.
“Pasamos mucho tiempo hablando de la nueva normalidad sin darnos cuenta
de que ya está aquí. Y esa nueva normalidad supone que los países
emergentes han decidido crecer menos porque han aprendido de nuestros
errores y han apostado por un crecimiento más sostenible en todos los
sentidos”, asegura Rosa María García, presidenta de Siemens España. Los
ministros de China, Sudáfrica o India respaldaron esta tesis. “Crecemos
menos porque el entorno exterior es más adverso pero también porque
hemos tomado decisiones para que sea así”, aseguraba Palaniappan
Chidambaram, titular de Finanzas de India, en un debate. “Esta es la
nueva normalidad. La crisis financiera, que no ha sido nuestra culpa,
nos ha hecho mucho daño. Ahora necesitamos mejorar la formación de
nuestros ciudadanos y mejorar las infraestructuras para aprovechar las
oportunidades que se nos ofrecen en este nuevo entorno”, admitía el
sudafricano Pravin Gordhan en la misma sesión.
Para convencer a los líderes empresariales y financieros, Rousseff creyó idóneo utilizar su mismo lenguaje y ofrecer un programa de inversión en infraestructuras y energía. “Brasil desea y necesita esta alianza con la inversión privada nacional y extranjera”, subrayó la presidenta, que prácticamente llenó el auditorio del Centro de Congresos de Davos.
Guido Mantega había hecho el trabajo previo de zapador y había avanzado la intención
de su gobierno de aprobar licitaciones por 250.000 millones de dólares
para obras de infraestructuras, puertos, aeropuertos y carreteras, “eso
sin incluir nuevos contratos para la exploración y explotación de gas y
petróleo”, subrayó en un debate con otros ministros de países
emergentes. El gancho era lo suficientemente atractivo para asegurar la
presencia de los directivos de algunas de las principales
multinacionales, como Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, o José
María Álvarez Pallete, consejero delegado de Telefónica, entre muchos
otros.
Rousseff, además, transformó las protestas sociales,
que tanto asustan al dinero, en una demostración del proceso de cambio
económico y social que atraviesa Brasil y que propicia “una
creciente clase media que representa un gran mercado de consumo de masas
para los fabricantes de coches, ordenadores, móviles, medicinas o
cosméticos”. De nuevo el lenguaje que mejor entienden los Davos man.
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