20140226

A juicio por pedir dación en pago

y cree que devolviendo el piso se cancela la deuda.. otro que no se leyó lo que firmaba, y que ha acabado "afectado por la hipoteca".. adivinen quién acaba pagando el pato.. y no es el banco..


A juicio por pedir dación en pago

Ángel Guzmán lo ha perdido casi todo a sus 43 años. Primero fue el trabajo, en la construcción. Después, la propiedad de su casa hipotecada, que acabó subastada. Más tarde, ejecutado el desahucio, también se quedó sin techo. Por perder, está perdiendo hasta a la familia. "Por todo esto, ahora estoy separado de mi mujer. Mi hija y mi nieta se han tenido que volver a Ecuador porque no tenía para mantenerlas". A Ángel le queda una cosa, pero se la quiere quitar de encima: una deuda de más de 250.000 euros, cebada a base de intereses de demora, con Kutxa Bank.

Desde hace 22 días, Ángel acampa frente a la sucursal de la entidad bancaria en la calle Lartiga de Getafe para reclamar la dación en pago. Entiende que, entregado el piso para el que solicitó el préstamo, se le debe condonar la deuda. De momento, la única respuesta que ha logrado de la sucursal es una denuncia por injurias y agresión.

La PAH de Getafe asegura que todas sus acciones han sido pacíficas, "basadas en los principios de no violencia"

Este martes, un centenar de personas acompañaron a Ángel, ecuatoriano de Quito, desde la sucursal bancaria hasta los juzgados de Getafe. Muchos de ellos miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), como el propio Ángel, que también se ha convertido en activista antidesahucios. "Cuando he entrado al banco, lo que hago es sentarme con una pancarta, para exigir la dación en pago". La PAH de Getafe asegura que todas sus acciones han sido pacíficas, "basadas en los principios de no violencia", y califica el juicio contra Ángel como el 'juicio de la vergüenza', al entender que se trata de "un intento de deslegitimar" su protesta y el apoyo recibido por los vecinos de la ciudad (más de 1.000 firmas reclaman a Kutxa Bank que le conceda la dación en pago).

La historia de Ángel es la de tantos inmigrantes que se embarcaron hacia una España en despegue y han acabado siendo las víctimas del batacazo financiero. "Había pedido un crédito para comprar un piso en Villaverde, pero en 2007 me quedé en el paro. Mi mujer sólo trabajaba cuatro horas al día limpiando. Nos dieron una hipoteca de 217.000 euros por una casa que entonces costaba 180.000, y ahora menos de 80.000 euros", explica el afectado. "Pagaba de hipoteca 1.050 euros al mes, y pedí bajar la cuota a 800, pero no quisieron. Entonces pedí la dación en pago, pero me dieron largas".

Tras el desahucio, en 2012, algo pudo conseguir del banco. "Ahora vivo en alquiler social, al menos por dos años, gracias a lo que luché. Aunque es un quinto sin ascensor que me entregaron sucio, con excrementos de paloma y el lavadero roto". Un acuerdo al que llegó con la sucursal de la entidad vizcaína en Getafe, en donde ahora está empeñado en lograr la dación en pago, como relata Carlos, uno de sus compañeros en la PAH.

Desde Kutxa Bank han declinado hacer declaraciones sobre los supuestos incidentes que provocaron la denuncia.

"Yo he entrado con él en la sucursal para hablar con el director, pero la semana pasada ya no nos dejaban entrar. Cerraban la puerta y sólo abrían a clientes, ¡pero Ángel también lo es!", exclama este delineante de 56 años convertido en un experto en negociaciones de este tipo. "El pasado jueves pusieron a un vigilante de seguridad, que tampoco nos dejó pasar y llamó a la Policía. El viernes Ángel pudo entrar en la oficina colándose debajo de las piernas del vigilante, pero cuando sacaba la pancarta le daba manotazos. A otro chaval le dio una patada". Ese chaval también ha acudido al juicio, acusado "de dar dos empujones", según el abogado defensor, al vigilante, abucheado al entrar en la sala junto al director de la sucursal. Desde Kutxa Bank han declinado hacer declaraciones sobre los supuestos incidentes que provocaron la denuncia.

"Ángel nunca ha agredido a nadie", zanja su compañero Carlos mientras espera, con otros activistas, el trasiego de testigos fuera de la sala. Dos horas después, Ángel y el otro acusado salen del juzgado dignos y sonrientes. Anuncian que el fiscal ha pedido la absolución, y confían en una sentencia favorable dentro de pocos días. Ángel es el primero en entonar un cántico. "¡La lucha es, el único camino!". Porque este hombre, aunque lo ha perdido casi todo, mantiene intacta su determinación. "Mañana volveré a la sucursal, porque la lucha continua. Estoy reclamando mis derechos".

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