20140227

Una rotonda 'estratosférica'

un artículo de los habituales en hispanistán:
  • la glorieta es "estratosférica" (licencia periodística), y la noticia cita textualmente: "lo que desde el satélite todavía parece [..]" y también: "la estratosfera es, de momento, el único lugar desde el que contemplar la rotonda".. cuando desde un satélite eso ni aparece, ni aparecerá.. no hay satélites volando a 1000 metros de altura.. y lo que ponen es una foto aérea, desde una avioneta, vamos.. un satélite geoestacionario está a 35786 km de altura.. lo que decía el periodista, vamos..

  • después de "informar" que un satélite vuela a 1000 metros de altura, y después de las unidades universales aburridas (metro, segundo..) no podía faltar la medida "estadio de fútbol", tan habitual en los "medios de información" de hispanistán.. lo raro es que en las carreteras sigan indicando las distancias en kilómetros y no en "estadios de fútbol", que parece que es la medida que entiende mejor el analfabeto de hispanistán..

a destacar la labor de www.nacionrotonda.com , que se han dedicado a informar del despilfarro de "dinero público" en forma de parcelaciones, carreteras, urbanizaciones, y rotondas a la nada.. el único beneficiado ha sido el constructor.. pero no hay responsables ni responsabilidades..

disfruten lo votado..


Una rotonda 'estratosférica'
  • Con 340 metros de diámetro, una glorieta de Vicálvaro se convertirá en la más grande de Madrid
  • Puede albergar incluso un estadio de fútbol del tamaño del Santiago Bernabéu en su interior



La ocurrencia lleva la firma del colectivo Nación Rotonda. «¿Cabría el Bernabéu en la rotonda a medio hacer más grande de Madrid?», preguntaba en Twitter de forma retórica, porque en el mensaje iba la respuesta. Lo acompañaba de forma gráfica una fotografía aérea del enésimo desarrollo urbanístico madrileño, con las calles por asfaltar, sobre la que se incrustaba otra imagen del estadio Santiago Bernabéu dentro de un gigantesco círculo que, a vista de pájaro, recuerda a los geoglifos del peruano desierto de Nazca.

«La descubrimos por Google Maps, porque si haces el ejercicio de venir desde el espacio y entrar en Madrid, es lo primero que se ve. Se ve desde muy alto», explica Miguel Álvarez, uno de los creadores de Nación Rotonda. Un proyecto que, a pesar del nombre, nació con más ambición que rastrear la intensa proliferación de glorietas por toda la geografía española. Su blog (www.nacionrotonda.com) se presenta como un «inventario visual del desastre urbanístico español de los últimos 15 años» donde se recopilan imágenes aéreas de municipios españoles, antes y después de la fiebre del ladrillo.

El acceso a la rotonda permanece restringido a cualquier viandante que quiera visitarla a ras de suelo

En una de las fotos, una hilera de casas atraviesa verticalmente, como una ciudad lineal, el oscuro campo castellano. Es La Cañada Real hace unos años, solitaria a la altura de Vicálvaro. Actualmente, sobre la misma fotografía se dibuja el entramado de calles sobre el que emergerá el barrio de El Cañaveral, un desarrollo urbanístico con 14.000 viviendas a medio camino de la capital y Coslada, con La Cañada como límite al este. «Hace unos años, se decía que La Cañada era el principal problema urbanístico de Madrid, pero comparado con lo que tiene alrededor se ha quedado en nada», recuerda Miguel consorna.

Una glorieta de récord

El nuevo barrio esconde uno de los hitos urbanísticos de la ciudad: la rotonda más grande de Madrid. Aunque aparecía en los planos, en el centro de una gran manzana de zonas verdes, las imágenes han confirmado que la glorieta en la que confluirán las principales avenidas de El Cañaveral batirá el récord que hasta ahora ostentaba la rotonda de la plaza Alcalde Moreno Torres, en Sanchinarro.

Imagen aérea del desarrollo de El Cañaveral

Lo que desde el satélite todavía parece un extraño cráter lunar en las afueras de Madrid acabará siendo «un viario perimetral, denominado rotador superior» con un diámetro de 340 metros que rodeará, como un anillo, cuatro parcelas de «alta y muy concentrada densidad edificatoria» con «alto predominio de uso comercial y de oficinas». En otras palabras, una inmensa rotonda donde hay sitio para levantar cuatro edificios, incluso para que, como una muñeca rusa, contenga otra rotonda. Más pequeña, eso sí, de aproximadamente 110 metros de diámetro, un tamaño similar a la Plaza de Castilla de Madrid, y que se llamará Vicus Alvar, en referencia al primitivo topónimo de origen latino del barrio de Vicálvaro.

La estratosfera es, de momento, el único lugar desde el que contemplar la rotonda de El Cañaveral. Situada en una fase posterior del desarrollo, su acceso permanece restringido a cualquier viandante que quiera visitarla a ras de suelo. Y a pesar de las evidencias aéreas, desde la Junta de Compensación que construye el nuevo barrio se niegan las proporciones de tan llamativa vía circular.

«No es verdad que quepa el Bernabéu», asegura un portavoz que se remite, en todo momento, a la glorieta pequeña de 110 metros de diámetro. Según este representante de los promotores de El Cañaveral, «todavía no es definitivo» que se construya el gran rotador. Y según su versión, lo que se puede ver desde Google Maps es sólo «un vaciado de tierra» de la parcela. «Lo que aparece en internet es mentira», sentencia. Habrá que esperar al menos cuatro años para comprobarlo.

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