20140428

El honor de ser condenado por el Gobierno

El honor de ser condenado por el Gobierno

La calamidad del Gobierno de Rajoy se manifiesta en su desastrosa gestión económica –que lleva al empobrecimiento de la mayoría y a la desaparición de las expectativas de empleo y sueldos dignos para varias generaciones–; en su cobardía ante el separatismo, rayana en la traición, y en la persecución implacable de toda voz disidente, especialmente en materia económica. El pasado jueves en elsemanaldigital.com –una especie de hoja parroquial extraoficial de Génova donde filtran lo que interesa al partido y al Gobierno– apareció un artículo con los nombres de cinco economistas de los que el Ejecutivo está harto, entre los que tengo el honor de encontrarme, y a los que “ha tomado la matrícula”.

Es la versión moderna del Ostrakom (ostracismo), la concha de ostra donde los tiranos de las ciudades-estado griegas apuntaban los nombres de aquellos críticos a los que se silenciaba obligándolos, por celos o envidia, a vivir lejos de la ciudad. Ahora se limitan a llamar a los medios donde estos exiliados en el interior se expresan pidiéndoles que los expulsen. En radio y televisión, la efectividad es del 100%. Claro que no pueden impedir que la Asociación de Prensa Extranjera te otorgue el premio Economía 2013, por los “mejores análisis económicos” en dicho año, o que medios libres e incorruptibles como El Confidencial te acojan. En lo que a mí se refiere, “los de Rajoy –afirma el diario– están tan hartos de que extienda constantemente un manto de sospechas sobre los datos oficiales, que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha decidido apercibirlo, porque después de denunciar las continuas mentiras de este Gobierno corrupto de incompetentes y embusteros, pidió una auditoría externa de la Contabilidad Nacional”.

“Después del apercibimiento –que consistió en resumir las reglas europeas a cumplir, inútiles como se demostró con Grecia y Portugal, y como son vigilados por Eurostat, que jamás ha controlado nada–, Centeno escribió otro artículo en el que denunciaba cómo el INE, un organismo modélico hasta la Transición, había quedado reducido hoy a mero portavoz de las cifras que el Gobierno oligárquico desea hacer llegar a los ciudadanos y a los mercados”. Y concluía: “Vista y leída la trayectoria, en la Moncloa tienen asumido que nada de lo que hagan o digan ablandará el corazón de estos cinco economistas”.

¿Y qué tal si comenzasen a decir la verdad?

¿Y qué tal si, para ablandar nuestro duro corazón, los de Rajoy empezaran por decir la verdad para variar? Por ejemplo, ¿cómo es posible que el déficit PDE(1) de las Administraciones Públicas de 2013 sea del 7,1% (o del 6,6% sin ayudas bancarias), es decir, de 72.577 millones de euros, cuando sólo el incremento de la deuda neta del Estado –aunque hay ajustes a realizar para compararlos– fue ya de 86.700 millones (o el 8,4%)? Y los pasivos en circulación o deuda total, la que no vigila Bruselas, se situaron en 1,35 billones a fin 2013, o el 132,1% del PIB, con un incremento de ¡271.000 millones de euros!

Pero es que hay algo infinitamente peor: España es el único país del Eurogrupo que todavía mantiene un fuerte déficit primario, es decir, el déficit sin incluir los desembolsos por pagos de los intereses de la deuda. Grecia, Portugal, Chipre, etc., ya no tienen déficit primario y el que España lo tenga es fuente de creciente preocupación en Europa. Se espera que después de las europeas Bruselas comience a tomar duras decisiones sobre España, porque esto significa que el gasto se encuentra fuera de control. De hecho, una de las mentiras más escandalosas del déficit 2013 es que las comunidades autónomas han reducido su déficit en 1,5 puntos de PIB. ¿Y qué dicen de esto “los de Rajoy” que están hartos de que cinco personas expongamos la verdad? Porque si los enchufados de lujo, parte de los dos millones de enchufados públicos de la casta política y causa esencial del déficit primario, están hartos, ¿calculan lo hartos que estamos de ellos el resto de los españoles que tenemos que pagar los sueldos a esta legión de inútiles?

La nula credibilidad del ministro Guindos

Pero, vamos a ver, señores enchufados de Rajoy que tienen la desvergüenza de afirmar “que hagan lo que hagan no podrán ablandar nuestro duro corazón”. Cojamos la última soflama sobre la recuperación económica del ministro Guindos, donde es imposible decir tantas mentiras en tan poco espacio. Pero antes de analizar su última gran mentira, es necesario saber quién es el ciudadano Guindos. ¿Un excelente profesional o un mentiroso por sistema? ¿Ha sido certero en sus previsiones del pasado o se ha equivocado estrepitosamente en todas y cada una? ¿Ha engañado conscientemente a la opinión y a las personas para ocultar fracasos de su gestión ministerial?

El Sr. Guindos era el presidente ejecutivo del banco de inversiones Lehman Brothers en España y Portugal cuando esta empresa quebró por las hipotecas basura, precipitando así la crisis financiera mundial. Mérito llamativo para Rajoy, que lo eligió. Su nombramiento asombró a todos los medios económicos internacionales. “¡Un ex alto ejecutivo de Lehman Broters al mando de la economía española!”. ¿Saben acaso los enchufados de Rajoy que dicen que tenemos el corazón duro el daño de imagen que este nombramiento disparatado nos ha hecho? Guindos comercializó en España unos 2.500 millones de euros de productos estructurados, que eran una pura estafa, y donde los incautos compradores, cerca de 100.000, han perdido hasta la camisa.

Además, ha sido parte integrante de las prácticas perversas causantes del hundimiento español, por cuya razón, si tuviera vergüenza y honor, que no es el caso, jamás echaría la culpa de nada a la “herencia del pasado”, porque él es parte esencial de esa herencia. Siendo secretario de Estado de Economía en 2013, amplió las desgravaciones fiscales a las emisiones de preferentes, una estafa masiva de la que ha sido corresponsable ya que ayudó a extenderlas exponencialmente por las ventajas fiscales que les ofreció, en contra totalmente de la opinión del Banco de España. Luego, en Lehman, mintió a los inversores, no avisó a los bancos comercializadores del riesgo máximo de sus productos ni de que Lehman iba a quebrar. Guindos habría sido procesado en cualquier otro país.

Pero desde que se hace cargo de la conducción de la economía española, su dedicación prioritaria ha sido la de mentir en todo y a todos, con el hilo conductor de proteger siempre los intereses la oligarquía financiera y de Alemania (Merkel quiere ahora premiar los servicios de Guindos, que han arruinado a España para varias generaciones, con la gran poltrona de la presidencia de la Eurocámara). Si existiera un premio a la mentira para los ministros de Economía de todo el mundo desarrollado, lo ganaría el Sr. Guindos por goleada. El personaje nos empieza diciendo: “Lo peor que se puede hacer con la población de un país es crear falsas expectativas”. Y desde el primer momento lo único que ha hecho, como en Lehman, ha sido crear falsas expectativas. En 2012 anuncia: “2013 será el año de la recuperación”, y ahora dice que será entre 2014 y 2015.

Pero hay algo mucho peor. Nada más ser nombrado ministro de Economía, afirmó sin sonrojarse que “la reestructuración del sector financiero se va a hacer sin recurrir a la ayuda pública”. “El nuevo mapa bancario se hará mediante el sacrificio de los beneficios de las entidades, porque a los ciudadanos ya se les ha pedido demasiado”. De entonces acá, a los españoles se les ha esquilmado como nunca antes en la historia europea, subiendo o creando más de 80 figuras impositivas. Un expolio que sólo ha servido para devolver a las cajas alemanas el dinero que tan irresponsablemente prestaron a otras dirigidas por políticos incompetentes y corruptos, algo que no ha sucedido en ningún otro lugar del planeta. Aquí quien lo ha perdido es el pueblo. No es de extrañar que una Merkel agradecida le apoye para presidir la Eurocámara.

Guindos, una auténtica mentira con patas, repitió hace un año la misma pepla: “La reestructuración bancaria no costará un solo euro a los españoles”. ¿Y qué tenemos hoy? Unas escalofriantes pérdidas para los ciudadanos, ya materializadas a partir de las cifras publicadas a 26 de marzo, de 53.081 millones de euros. Pero esto es sólo el principio, y no incluye los avales, que superan los 100.000 millones de euros, y que más bien, antes que después, empezarán a ejecutarse en cadena. Para el FMI, la cifra que al final pagaremos los ciudadanos para rescatar a una auténtica banda de incompetentes, corruptos y ladrones que se han ido no ya de rositas, sino con indemnizaciones de escándalo, superará los 150.000 millones de euros. Si esto no es para coger a los responsables, con el ministro Guindos a la cabeza, y meterlos a todos en la cárcel y después tirar la llave, nada lo es.

A Guindos sólo le importa su poltrona europea, España le resbala


Guindos está utilizando descaradamente sus viajes a Bruselas, pagados con nuestro dinero, para ocuparse no tanto de los intereses de España como de los suyos propios, manteniendo conversaciones y pagando cenas a sus “colegas” más influyentes para ganar apoyos a su candidatura de presidente del Eurogrupo. En España, justifica su activismo exterior con las mentiras de su autobombo. “El PIB español crecerá el 1,5% de media en 2014 y 2015, y por primera vez desde que comenzó la crisis habrá una recuperación sostenida y una creación neta de empleo en un periodo de dos años”.

No se pueden decir más mentiras en tan poco espacio, pero como ya le deben reñir hasta en su casa de que sus afirmaciones queden desmentidas por los hechos a los pocos meses, aquí se ha cubierto en salud. En vez de dar una cifra de crecimiento para cada año, que es lo que hace una persona seria, lo da en global para los dos, y así cuando se vea que en 2014 no vamos a pasar ni del 1% oficial, siempre dirá que es lo que el había dicho porque en 2015 vamos a crecer el 2%. Y el empleo neto ya es de risa: ni siquiera se ha atrevido a cuantificarlo.

Las cifras de crecimiento no se tienen en pie. Según el último cuadro-resumen de indicadores correspondientes al 25 de este mes, el consumo privado que representa los dos tercios del PIB está empeorando. Así, las ventas en grandes empresas han experimentado crecimiento cero en febrero frente +0,1% en el cuarto trimestre de 2013; y el índice de comercio al por menor deflactado ha caído en un -0,3% en febrero frente al +0,3% en el último trimestre del año pasado. Y la razón es clara, a pesar de lo que dicen los enchufados de Moncloa: la renta disponible de las familias se redujo en 2013 por cuarto año consecutivo y las rentas salariales cayeron otro -3,5 %. Y como el ahorro bruto de los hogares está en mínimos históricos, 10,4% de la renta disponible, el gasto en consumo de los hogares disminuyó y sigue disminuyendo en la misma proporción que la renta.

Y la comparación con la Eurozona es brutal. Los costes laborales unitarios bajaron un -2,5% en 2013, mientras que en la Eurozona subieron un 1,4% (Boletín del Banco de España). Por publicar cosas así, Guindos ha pedido la cabeza de Malo de Molina, el director de estudios del banco. El consumo de electricidad corregido de estacionalidad –un índice fuertemente correlacionado con la actividad económica– ha caído un -0,9% en marzo o el -0,6% en el primer trimestre de 2014, lo que se compara con una subida del +0,2% en el último trimestre del año pasado. Es decir, la actividad económica está yendo a peor y no a mejor como pretenden Guindos y los enchufados de Moncloa. Y en cuanto al sistema financiero, donde la financiación al sector privado sigue desplomándose, otro -6% en el primer trimestre, el FMI piensa, en contra del gran mentiroso Guindos, que ni está saneado ni está recapitalizado.

En lo referente a las exportaciones, la guinda del pastel de la gran mentira, su crecimiento se está produciendo por las reducciones salariales y de márgenes, no como consecuencia de un crecimiento real de la productividad. El sector exterior acabará desinflándose; esperen y verán. Así que ya saben, voten al PP o PSOE en las próximas europeas y serán responsables de su propia ruina y de la de sus hijos y nietos.

(1) Protocolo de déficit excesivo. Es lo que controla Bruselas pero sólo mide parte de la deuda, alrededor del 70%.

No hay comentarios: