y ésa es la "generación más preparada", y la mitad no tienen estudios superiores (ni medios, ni inferiores.. porque cuando la época del ladrillo cualquiera dejaba la escuela para ponerse a ganar "pasta"..)
La doble cara de la inmigración española en Alemania
Según los datos publicados en la prensa nacional española, casi la mitad
de los nuevos inmigrantes españoles en Alemania tienen estudios
superiores finalizados -un 14% más que en 2005 si tenemos en cuenta los
datos que ofrece el Instituto para el Mercado del Trabajo de Nuremberg
(IAB)-
“Tenía asumido que no iba a tener un trabajo cualificado nada más
llegar”, nos cuenta Daniela (cuyo nombre real prefiere ocultar) una
periodista de 26 años que trabaja de cara al público, cuyo nivel
avanzado de alemán -adquirido en la Escuela Oficial de Idiomas- le
permitió optar a un puesto de trabajo. “El inglés aquí no sirve, y si no
hablas alemán lo llevas bastante crudo”, indica.
Sudor a falta de estudios
Al otro lado del pastel se hallan los emigrantes españoles que no tienen
estudios superiores. Para ellos, el emigrar no solo supone una
oportunidad, en ocasiones lo ven como única vía de escape para
sobrevivir.
Vanesa Muñoz es una sevillana de 31 años que emigró a Gelsenkirchen en
2011 junto a su hijo de siete años. Allí les esperaba su marido, quien
se había desplazado tres meses antes con un contrato de trabajo como
montador de membranas en el estadio de fútbol del Shalke 04. Vanesa
tardó casi dos años en encontrar un puesto de empleo en una empresa que
ofrece servicios de limpieza al equipo germano. ”Estamos a gusto porque
sabemos que aquí nuestro hijo de 7 años tendrá un futuro el día de
mañana, cosa que en España ya está siendo casi imposible”, confiesa
Vanesa.
Vanesa: "Me casé en el consulado español porque no tenía seguro médico"
El aprendizaje del idioma es la gran barrera a superar para este perfil
de emigrantes, a quienes les resulta más costoso que a personas
acostumbradas a estudiar. “Los cursos son caros y dejan mucho que
desear. Estoy aprendiendo más por supervivencia que por otra cosa”,
añade.
Además del idioma, son muchas las diferencias sociales y civiles entre
ambos países. Una de las más destacadas es el sistema sanitario alemán,
totalmente privatizado. A colación de ello, Vanesa comenta: “Me casé en
el consulado español porque no tenía seguro médico”.
Entre las grandes ventajas del país teutón se halla en su legislación
laboral. Para Armando, vigués residente desde 1988 que ha trabajado de
soldador y de tornero, “se respeta al trabajador”. “A diferencia que en
España”, matiza.
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